domingo, 1 de junio de 2008

El manifiesto ruidista




A continuación, el texto en el que John Cage habla del futuro de la música (en 1931). Por mi parte, dos anotaciones: la primera, de egotrip. Le entrevisté en el 93 o el 95, bueno, no sé, poco después de empezar a trabajar en El Mundo. Recuerdo que fue la única entrevista que hizo para un medio no especializado (no por nada sino porque nadie más se interesó en entrevistarle) y fue una de esas experiencias que te marcan para siempre. La entrevista no la tengo guardada y en la hemeroteca del diario no está (en digital) así que no recuerdo qué escribí (alguna tontería seguramente). Pero yo empezaba por entonces a profundizar en la música electroacústica y recuerdo que estar en silencio durante no sé cuántos minutos, frente a Cage, oyendo el ruido (la música) de la Gran Vía fue una especie de epifanía. La entrevista consisitió en eso, en una especie de clase práctica sobre sus teorías y en hablar sobre el budismo y el I Ching (que por aquélla época a mi me tenía enganchadísima) supongo que también hablaríamos de música.
Y la segunda respecto al nunca bien ponderado Theremín. Cuando me preguntan que porqué empecé a tocar el theremín, nunca sé qué responder y digo, por salir del paso, que porque como soy no-músico (en la acepción de Brian Eno) pues que era el instrumento más fácil de no-tocar. Pero ahora, releyendo este texto, me doy cuenta de que ese encuentro con Cage fue el primer paso para que cuando, años después, me cruzara con un Theremín decidiera que yo quería/tenía que aprender a manejarlo. Además no recordaba esto que él dice sobre el instrumento y que yo llevo explicando desde hace años, aún a riesgo de morir con una antena del instrimento clavada en el corazón (algunos thereministas no se andan con tonterías). Me refiero a ese empeño de hacer que el theremín suene como otro instrumento ya inventado... Pamela Kustin me parece muy respetable pero, sinceramente, no le veo el mérito (más allá del mero virtuosismo circense) a conseguir que el theremin suene como un contrabajo, para eso pues aprendo a tocar el contrabajo. La gracia está en lograr que saque un sonido que no has oído nunca. Pero bueno, ese es otro debate, les dejo con John Cage y este texto, recuerden, del año 31 del siglo pasado (revisado para que se publicara en el 58)




Yo creo que el uso del ruidoDondequiera que estemos, lo que escuchamos es, en su mayor parte, ruido. Cuando lo ignoramos, nos perturba. Cuando lo escuchamos, lo encontramos fascinante. El sonido de un camión a 50 millas por hora. Estática entre las emisoras de radio. La lluvia. Queremos capturar y controlar esos sonidos, para usarlos no como efectos de sonidos, sino como instrumentos musicales. Todo estudio cinematográfico tiene una librería de 'efectos de sonido' grabados en celuloide. Con un fonógrafo de celuloide ahora es posible controlar la amplitud y la frecuencia de cada uno de estos sonidos y de darles ritmos dentro o fuera del alcance de la imaginación. Provistos de cuatro fonógrafos de celuloide, podemos componer y ejecutar un cuarteto para motor a explosión, viento, latidos de corazón y avalanchas.
Para hacer músicaSi esta palabra, música, es sacralizada y reservada para los instrumentos de los siglos XVII y XIX, podemos substituirla por un término más significativo: Organización de Sonido.
Va a continuar e incrementarse hasta que lleguemos a una música producida a través de la ayuda de instrumentos eléctricoLa mayoría de los inventores de instrumentos musicales eléctricos intentaron imitar a los instrumentos de los siglos XVIII y XIX, de la misma manera que los diseñadores de automóviles emularon los carruajes. El Novachord y el Solovox son ejemplos de este deseo de imitar el pasado en vez de construir el futuro. Cuando Theremin construyó un instrumento con nuevas posibilidades, los Thereministas se esforzaron por hacerlo sonar como un instrumento viejo, dándole un vibrato empalagosamente enfermizo y ejecutando en él, con dificultad, obras maestras del pasado. Aunque el instrumento es capaz de generar una amplia variedad de cualidades sonoras, obtenidas por el mero movimiento del dial, los Thereministas actúan como censores, dándole al público el sonido que ellos piensan que les va a gustar. Estamos resguardados de las nuevas experiencias sonoras posibles. La propiedad particular de los instrumentos eléctricos será permitir un control completo de la estructura de sobretonos y permitir producir estas estructuras en cualquier frecuencia, amplitud y duración.
Que harán disponibles, para propósitos musicales, todos los sonidos que pueden ser escuchados. Los métodos fotoeléctricos, magnéticos y mecánicos para la producción sintética de músicaAhora es posible que los compositores ejecuten su música directamente, sin la asistencia de intérpretes intermediarios. Cualquier diseño repetido en una frecuencia adecuada en una pista sonora es audible. 280 revoluciones por segundo en una pista sonora producirán un sonido, mientras que un momento de Beethoven repetido 50 veces por segundo producirá, no solamente un tono diferente, sino otra una cualidad sonora.
Serán explorados. Mientras que en el pasado el punto de desacuerdo fue entre disonancia y consonancia, será, en el futuro inmediato, entre el ruido y los así llamados sonidos musicales. Los actuales métodos para escribir música, principalmente aquellos que emplean y su referencia a escalones particulares en el campo del sonido, serán inadecuados para el compositor que se enfrentará a la totalidad del campo sonoro.El compositor (Organizador de Sonido) no sólo se enfrentará a la totalidad del campo sonoro sino a la totalidad del campo temporal. La fracción de segundo (frame), siguiendo técnicas cinematográficas establecidas, será probablemente la unidad básica en la medición del tiempo. Ningún ritmo estará más allá del alcance del compositor.
Nuevos métodos serán descubiertos, orientándose hacia una relación categórica con el sistema de dodecafónico de SchöenbergEl método de Schöenberg asigna a cada material, en un grupo de materiales equivalentes, su función con respecto al grupo. (La Armonía, asignaba a cada material, en un grupo de materiales no-equivalentes, su función con respecto al material fundamental o más importante del grupo). El método de Schöenberg es análogo a la sociedad moderna, donde el énfasis está puesto en el grupo y en la integración del individuo al grupo.
Y los métodos actuales de escritura de música para percusiónLa música para percusión es una transición contemporánea desde la música influenciada por el teclado hacia la música de la totalidad sonora del futuro. Cualquier sonido es aceptable para el compositor de música para percusión; el explora el académicamente prohibido campo 'no musical' del sonido hasta donde es manualmente posible.Los métodos de escritura de música para percusión tienen como meta la estructura rítmica de la composición. Tan pronto como estos métodos sean cristalizados en uno o varios métodos ampliamente utilizados, existirá la posibilidad de que existan improvisaciones grupales de música no escrita pero culturalmente significativa. Esto ya ha tenido lugar en las culturas orientales y en el hot-jazz.
Y cualquier otro método que esté libre del concepto de tono fundamental. El principio de la forma será nuestra única conexión constante con el pasado. Aunque la gran forma del futuro no será, como lo fue en el pasado, en un momento la fuga y en otro la sonata, estará relacionada a éstas como éstas lo están entre síAntes de que esto pase, centros de música experimental deben ser establecidos. En estos centros, los nuevos materiales, osciladores, generadores, medios para amplificar pequeños sonidos y fonógrafos de celuloide estarán disponibles para el uso. Los compositores usarán medios del siglo XX para componer música. Y ejecutarán los resultados. La Organización de Sonido será empleada con fines musicales y extra-musicales (teatro, danza, cine).
A través del principio de la organización, es decir, la habitual habilidad del ser humano para pensar.
JOHN CAGE, 1931

5 comentarios:

Faro Rojo dijo...

Aunque superado, John Cage fue un importante referente en la teoría y práxis de los sonidos como elementos de reconfiguración.

Que suerte poder conversar con uno de los personajes más importantes del siglo XX.

the cosmogonic escrotolitum dijo...

la famosa declaración de cage acerca de lo escandaloso del uso romántico del theremín es plausible viniendo de un nihilista-zen religioso...
pero...es tan bonito cuando se toca afinado, que nos hace caer a compartarnos como epatantes humanoides amantes de la belleza que somos...
me gusta tocar la guitarra como un ruido apofático, me gusta tocar el theremín con apego cristiano-platónico(nadie es perfecto)
esto no lo pude decir en discópolis, me resarzo aquí
saludos
interesesante cage, "silencio" blow my mind, yu nou

Magnus Valor dijo...

Para no ir más lejos ocurre también en la llamada música techno, que erróneamente se la encuadra en lo que se viene a llamar "música electrónica". Creo yo que la aplicación de éste último término tiene que aplicarse con respecto a las posibilidades que brindan los aparatos que generan sonidos electrónicos como tales, y no pretender aplicarlos como se aplican los instrumentos convencionales típicos para el pop, por ejemplo. Es decir: ritmo regular, línea de bajo, sonidos más agudos para fraseos. Encuentro que dicha aplicación musical con este tipo de aparatos es pobre, descontextualizada, absurda y esperpéntica, y ha contribuido a que no se avanzara lo que se hubiera podido avanzar intentando crear fórmulas musicales aprovechando el inabastable potencial de dichos aparatos.

Algo referido a esto pero sobre el mundo del rock dijo el gran ministro de la música contemporánea Pierre Boulez: "No entiendo como los músicos de rock dan siempre vueltas a lo mismo teniendo los instrumentos eléctricos el potencial que tienen."

Conclusión: ¿a qué se refiere el Sónar cuando se define como "Festival de Músicas Avanzadas"?¿No sería más exacto "Tecnologías Avanzadas"? En el contexto del techno solo oigo el pop clásico de siempre sólo que pasado por un filtro electrónico.

Silvia Grijalba dijo...

Jazznoize, pues si a todo, y respecto a la suerte, lo bueno sería que me acordara pero bueno ya hablaba del asunto en el posto de nuestro amigo Noarbe.
Cosmogonic escrotolitum, me alegra que esta habitación te sirva para resarcirte. Respecto a tu "debilidad" por tocar el theremin con ese apego cristiano-católico no me parece incompatible con lo que comentaba. Yo me refería más a una cuestión de sonido no de melodía. Es decir, que con el theremin se puede juegar con sonidos que no se consiguen con ningún otro instrumento y hay escuelas que pasan por alto esto y se dedican a copiar la sonoridad del contrabajo o de la voz humana y eso es lo que yo rechazo (algo que, por otra parte también pasa con los sintetizadores o con otros instrumentos porque muchos músicos señalan como virtud que alguien consigue que la guitarra suene como una flauta, cosa a la que no le veo el mérito ni la utilidad).
Así que sospecho que estamos de acuerdo (o no).
Magnus Valor, me adhiero a tus opiniones y sí conocía la cita de Pierre Boulez y siempre me ha parecido que tenía toda la razón.

Óscar dijo...

Hola Silvia, ¡Cuanto tiempo!

Entiendo y comparto lo de aprovechar que el theremin es electrónico para darle otros sonidos. En ese sentido está haciendo un buen trabajo Barbara Buchholz con una maestría indiscutible. Y al mismo tiempo toca lo que le pidas, porque tiene una buena base (Lydia Kavina) con quien ya está a la par. Era Dalí el que decía "Aquellos que no quieren imitar, no producen".

También estaremos de acuerdo en que, con excesiva frecuencia, se recurre a efectismos vacíos, quizá para disimular una falta de verdadera habilidad del ejecutante.
A veces ante esos casos la gente se comporta como en el cuento del traje del emperador, pero sabes fehacientemente que la imagen del theremin como instrumento pierde puntos.