Pensando en todo esto de las descargas de internet y en lo que ganan las companías telefónicas gracias a ello (nadie tiene un adsl de 10 megas para consultar su cuenta de gmail), me he dado cuenta de que dos de ellas han hecho sendas campañas publicitarias que en el fondo aluden al asunto de esa gratuidad que se le presupone al arte (asunto en el que no voy a entrar porque es tan obvio que bajarse algo de internet sin permiso de su dueño es robar que me parece ridículo explicarlo).
A ver, en una de ellas un abnegado editor no para de llamar a su escritor para que este (que se pega la vida padre, en piscinas, durmiendo la mona hasta las tantas y sin pegar ni chapa) le entregue su novela. Es decir, el mensaje es: los escritores no trabajan. Escriben sus libros básicamente durmiendo y metidos en jacuzzis, no como el resto de los mortales. Ergo, no se les debe remunerar por su trabajo, muy al contrario, me atrevería a proponer que pagaran por ello, algo que lamentablemente ya está inventado, por supuesto, dentro de la industria cultural, donde ni siquiera sus artífices creen en que el arte debe pagarse.
En la otra campaña, los usuarios de esa empresa de telefonía móvil van a diversos comercios y proponen irse sin pagar. Se supone que están acostumbrados a los "planazos" de esa empresa y que piensan que todo el monte es orégano gratuito. En efecto, una bonita metáfora de la realidad. Pero yo propongo otro concepto: como la música es gratis, pues eso, no paguemos el teléfono, ni la luz, ni la hipoteca. ¿Y el derecho a una vivienda digna? ¿porqué no se manifiestan por eso? ahí sí que podría incluso estar de acuerdo.