martes, 20 de mayo de 2008

Enanos con rastas



El truco de inspirarse en lo underground, lo marginal, lo outsider para crear una estrella que parezca recién salida de la calle pero que en el fondo tenga un alma mainstream, domesticada, dispuesta a cualquier cosa (incluso a hacerse rastas o a raparse el pelo o hasta tocar en la calle) para triunfar, es algo que la industria musical lleva haciendo desde los años sesenta, no vamos ahora a escandalizarnos. La esencia de los movimientos contraculturales como el rock tiene mucho que ver con la subversión, con la espontaneidad de esas expresiones artísticas que surgen entre una minoría y que a veces algún ejecutivo discográfico avispado rescata para lanzar al gran público. Lo que sigue es casi siempre lo mismo: copias falsas de aquello, con formas bastante logradas pero sin base. La mayor parte de las veces, las falsificaciones tienen un éxito o dos y caen en el olvido, respondiendo a una afortunada justicia poética. Otras veces lo genuino se queda por el camino y es el impostor el que se lleva la camada al agua. Pero este proceso tan viejo como la historia del rock ha llegado en los últimos tiempos a un extremo espeluznante. Antes eran unos señores, desde sus despachos. los que, en plan dioses, elegían al incauto que a lo mejor había llegado con su maqueta a la discográfica y le decían: vamos a hacer de ti un nuevo … (póngase el nombre de cualquier artista surgido del underground con éxito masivo) y el hombre o la mujer pues aceptaba, porque tampoco tenía mucha idea.
Pero ahora los AR ya no necesitan ni siquiera dar palmaditas en la espalda ni contratar a un equipo de estilistas; el clon ya viene de casa. Trae la imagen calcada, con ese aire canalla y callejero que tanto recuerda a ese grupo que triunfó el año pasado y las declaraciones preparadas. Si se trata de un aspirante a estrella de rock torturado el consabido discurso sobre la admiración por Nick Drake, Dylan o Daniel Johnston y una leyenda sobre su afición a la heroína y un poco de mala cara; si se trata de algún candidato a rey del buenrrollismo, pues ya se sabe, alguna letra en la que se hable de porros, un comentario sobre alguna causa perdida y a ser posible un grupo de acompañamiento compuesto por sus colegas del barrio que llevan toda la vida tocando los bongos con él o con ella, claro. Hasta ahí todo más o menos controlado, el problema está en que antes, en los 60, en los 70, incluso en los 80, como todo era inventado y el presunto rebelde era alguien simplemente desesperado por triunfar, pues acataba las normas, pero ahora la cosa cambia. Los enanos empiezan a crecer y el circo a derrumbarse. Los clones resulta que no son contraculturales, ni buenrrollistas, pero salen, por ejemplo, macarras, prepotentes o a lo mejor amnésicos y les da por qué se yo, armar una bronca en un avión y decir lo que jamás diría un buenrrollista de los auténticos: “no se preocupen por mi estropicio, yo invito a todo” (o algo así), como un nuevo rico hortera más. Pero lo peor de todo esto es que rizando el rizo, y por culpa de esta proliferación de imitadores de forma, incluso los reyes del underground auténticos viven en una continua paranoia no-vaya-a-ser-que-piensen-que-no-soy lo que parezco. Llama la atención que el talentoso y tan y tan imitado Devendra Banhart en una reciente entrevista, ante la pregunta: “¿Qué es lo peor que han dicho de ti desde que eres famoso?” Respondiera: “Que soy millonario y que me he comprado un rancho en Texas”. Y continuara iracundo, como si le hubieran dicho que había qué se yo, plagiado a Víctor Jara: “Eso es mentira, yo no gano dinero, todo lo que gano lo gasto en el grupo y sigo viviendo en mi casa de siempre y viajando en furgoneta"

Publicado en Ruta 66, 2008

3 comentarios:

Miguel B. Núñez dijo...

¿Sabes a mí lo que más me choca?... que lo de clonar siempre me ha parecido como más difícil que ir a tu rollo. Vamos, todos tenemos referencias y bienvenidas que sean, pero cuando clonas el pack completo... ¿no es eso todo un currazo? Qué pereza!!!!

Silvia Grijalba dijo...

Totalmente de acuerdo, Miguel, pero es que no todo el mundo tiene "su rollo". A tí te sale de natural pero los melendis de la vida pues si no copian a ver qué hacen....
Gracias por inaugurar este pantano

Miguel B. Núñez dijo...

Eres buena conmigo, jejeje. Mi rollo es que no sé qué hacer para tener rollo!!!

Me gustan los pantanos!!!